Para conservar las propiedades de un líquido en perfecto estado, ya no son necesarios complicados sistemas de almacenaje. Es tan sencillo como utilizar un depósito con una tapa siempre lleno.
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¿Qué es una tapa siempre lleno?
La tapa siempre lleno tiene la función de evitar que entre oxígeno en el depósito, ayudando a conservar las propiedades de los productos durante un mayor tiempo. Teniendo así una doble función, evitar que entren partículas de suciedad en el depósito y proteger el producto del recipiente contra la acción del oxígeno del aire.
¿Cómo funciona una tapa siempre lleno?
1- Empezamos llenando el depósito con el producto deseado (vino, leche, aceite, etc.), dejando margen suficiente para poder, posteriormente, introducir la tapa en el depósito.
2- Una vez tenemos el recipiente lleno del líquido deseado, ponemos la tapa en el interior del recipiente, dejando que flote sobre el líquido. Así evitamos que se quede aire entre el contenido del depósito y la tapa.
3- Cuando la tapa ya está estable, inflamos la cámara de aire que se encuentra alrededor de la tapa de acero inoxidable. Con esta acción dejamos el depósito herméticamente cerrado, sin aire en su interior.
Con estos 3 sencillos pasos, ya tenemos en funcionamiento la tapa de siempre lleno. En el momento que deseemos vaciar un poco el contenido del depósito, es tan sencillo como quitar presión a la cámara de aire hasta que vuelva a flotar sobre el líquido del recipiente. Y una vez hayamos terminado de sacar la cantidad de líquido deseada, volvemos a inflar la cámara de aire para que quede nuevamente herméticamente sellado.
Descubre todas las medidas disponibles que tenemos de tapas inox siempre lleno.